DESNÚDATE PARA VESTIRTE YO

Desnúdate para vestirte Yo, que visto y adorno a los pobres de espíritu con las joyas que los hacen agradables a mis ojos, ¡y no te puedes imaginar su belleza!

Quiero que subas hoy un escalón que sirve maravillosamente para lo que pretendes, se llama esta virtud: INDIFERENCIA.

Te quiero indiferente a todo lo que no sea Yo, o mis complacencias, que igual estés en el cielo o en un agujero...

Quiero me dijo Jesús, que poseas la virtud de la paciencia. Y con estas luchas la ejercitarás, pues nada es más difícil que la paciencia contigo misma.

Tu vida material es mía, pero en tu vida de la gracia hay algo que no es mío, y es tu libertad; esa VIDA TUYA es la que libremente debes dar a tu VERBO.

Búscame siempre; me gusta que me busques, porque esta pena me prueba el amor, y si vieras que poco amor encuentro en los corazones, en el mundo, en los míos.

No me busques en las criaturas, ni en la disipación; búscame en el santuario de tu alma, en el retiro y en la soledad de tu corazón.

Descansa en Mí, que aunque no me veas, Yo nunca abandono lo que es mío.




Beata Concepción Cabrera de Armida
Sábado 16 de Noviembre del 2019

MI CORAZÓN ES TU TABERNÁCULO

Busca siempre prepararte para recibir al Señor con un corazón puro y deja que los sentimientos de amor toquen todo lo que haces durante el día. Conviértete en un tabernáculo vivo para Cristo y en las pruebas y dificultades del día permítete descansar en el seno de su Amor celestial.

Te exhorto, aunque vivas en el mundo, a comunicarte a menudo, pero con piedad. La Sagrada Comunión es el medio más eficaz para unirse a Dios. Siempre prepárate bien para este banquete sagrado. Ten un corazón muy puro y cuida tu lengua, porque es sobre la lengua donde se coloca la Sagrada Hostia. Lleva a Nuestro Señor a casa contigo después de tu acción de gracias, y deja que tu corazón sea un tabernáculo vivo para Jesús. Visítalo a menudo en tu tabernáculo interior, ofreciéndole honor y los sentimientos de gratitud con los que te inspirará el amor divino.

Resguarda cuidadosamente los sentimientos de amor con los que está lleno después de la comunión. No podrías amar a Jesús si no gozarás de la fuente viva del amor santo y puro, es decir, el Espíritu Santo. Nuestro divino Redentor dijo:

"El que cree en Mí, como ha dicho la Escritura: 'De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.' (Juan 7:38)

Esto lo dijo del espíritu que deberían recibir los que creyeran en él. Por lo tanto, cuando Dios enciende en ti las llamas del amor divino, santo, puro y sin mancha, déjate desaparecer en el bien infinito y, como un bebé, duerme el sueño de la fe y el amor en el seno de tu Amado Celestial.




San Pablo de La Cruz
Jueves 07 de Noviembre del 2019