'Pequeño, Salvador, mi alma es pobre y carente de
virtudes, las pajas de tantas imperfecciones
te pincharán y te hará llorar; pero oh, mi Señor,
¿qué puedes esperar? Esto poco es todo lo que tengo.
Estoy conmovido por tu pobreza...
adórnala con tus gracias.
Quema esta paja y cámbiala en una cuna
suave para tu santísimo cuerpo.
Jesús, estoy aquí esperando tu venida.
Quiero adorarte y besarte en la frente.
Hombres malvados te han rechazado
y el viento es como el hielo.
Entra en mi corazón, soy pobre,
pero te calentaré; lo mejor que pueda...
Oh pequeño Jesús, para entregarme a ti
una vez más, para siempre. Ven, Jesús mío,
Ven, pequeño mío, sé mi invitado de honor.'
¡Feliz y Santa Navidad!
Diciembre del 2018