¡OH LLAMA DE AMOR, OH SANTO Y DIVINO ESPÍRITU!


¡Oh llama de amor viva
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva
acaba ya si quieres,
¡rompe la tela de este dulce encuentro!

¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida has trocado.

¡Oh lámparas de fuego
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con estraños primores
calor y luz dan junto a su querido!

¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno
donde secretamente solo moras,
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!




Domingo de Pentecostés. (31 de Mayo del 2020)
*San Juan de la Cruz.

¡AVE, AVE MARÍA MADRE MÍA!

"Cómo tiemblan los demonios –afirma san Bernardo– con sólo oír el nombre de María. Y los demonios no sólo temen, sino que al oír esta voz se estremecen de terror. Así como los hombres–dice Tomás de Kempis– caen por tierra espantados cuando oyen el estampido de un trueno cercano, así caen derribados los demonios cuando oyen que se nombra a María. ¡Qué maravillosas victorias han obtenido sobre sus enemigos los devotos de María con sólo invocar su nombre!"



San Alfonso María de Ligorio. En: Las glorias de María
Martes. 13 de Mayo del 2020