Amados, es con el Pan de los Ángeles que Dios restaura sus cuerpos y almas. Dejen que sus corazones anhelen estar con Él y ser refrescados por Su amor. Cuando no puedas estar físicamente en su presencia, deja que tu deseo te lleve ante Él.
La Sagrada Eucaristía a menudo vigoriza y fortalece incluso el cuerpo. ¡Oh infinita misericordia de nuestro soberano bien! Este maravilloso efecto procede del gran vigor que el pan de los ángeles comunica al alma y que reacciona sobre el cuerpo.
Oh Jesús, escondido bajo los velos eucarísticos, has dicho: "Si alguno tiene sed, que venga a mí, y yo lo refrescaré". Apaga mi sed.... En verdad, en verdad, Jesús me ha refrescado; y en algún día futuro Él apagará por completo mi sed.
Dios mío, el tabernáculo es la morada de tu amor, preparado por ti para los que amas. ¿Cuándo podré, durante las horas de profunda soledad, comunicarme con mi Amor Eucarístico al pie del altar sagrado? ¿Quién me dará las alas de una paloma para que pueda tomar mi vuelo al Sagrado Corazón de mi Jesús?
San Pablo de la Cruz
Martes 17 de Marzo del 2020