Da rienda suelta a tu deseo de Dios; El amor más deseable que la vida en este mundo. Déjate ser barro en sus manos, confiando en su voluntad para ti, ya sea en la desgracia o el honor. Cada deseo debe ser perfeccionado al ser consumido en el fuego del amor de Dios y el deseo de agradar a Dios debe estar por encima de todos los demás.
¿Cuándo estaremos muertos para todas las cosas para que podamos vivir solo para Dios? Ah! sí, ¿cuándo llegará ese momento? ¡O preciosa muerte! más deseable que la vida; ¡muerte que a través del amor, nos transforma en Dios! San Juan Crisóstomo dijo: Silentium, quod lutem prabet figulo, idem ipse prabe conditori tuo. ¡O, qué frase! Él decía: "Como el barro está en silencio en las manos del alfarero, tú también debes estar en silencio en las manos de tu Creador". La arcilla permanece en silencio, ya sea que el alfarero la convierta en una vasija de honor o de ignominia; ya sea que la rompa o la arroje a la basura; se contenta con ser descartada o ser colocada en una galería de arte. Graba esta enseñanza en tu memoria.
Incluso los deseos más santos, ya sea que se refieran a la salvación de las almas o las necesidades de la Iglesia, que son muy grandes, deben consumirse en el fuego del amor de Dios, de donde proceden y esperan el tiempo de Dios para su cumplimiento. Mientras tanto, cultiva un solo deseo, el más perfecto de todos; es decir, agradar a Dios cada vez más y alimentarte con su voluntad.
(San Pablo de la Cruz)
Lunes 13 de Enero del 2020