¡SEÑOR YO CREO QUE TÚ ERES EL PAN VIVO BAJADO DEL CIELO!

“El pan de los ángeles, el pan del hombre en camino, el verdadero pan de los hijos de Dios”

Dios todopoderoso y eterno, heme aquí, acercándome al sacramento de vuestro Hijo único, nuestro Señor Jesucristo. Enfermo como estoy, vengo al médico de quien depende mi vida; sucio, a la fuente de la misericordia; ciego, al hogar de la luz eterna; pobre y desprovisto de todo, al dueño del cielo y de la tierra. Imploro, pues, tu misericordia, tu inagotable generosidad, a fin de que te dignes curar mis enfermedades, lavar mis suciedades, iluminar mi ceguera, cubrir mi desnudez; y que así pueda yo recibir el pan de los ángeles (sl 77,25), al Rey de reyes, al Señor de los señores (1Tm 6,15), con toda reverencia y humildad, toda mi contrición y devoción, toda la pureza de mi fe, toda la firmeza de mis propósitos y la rectitud de intención que requiere la salvación de mi alma.

Dame, te lo ruego, no recibir simplemente el sacramento de tu Cuerpo y de tu Sangre, sino toda la fuerza y eficacia del sacramento. Oh Dios, lleno de dulzura, concédeme recibir de tal modo el Cuerpo de tu Hijo único, nuestro Señor Jesucristo, este cuerpo material que él recibió de la Virgen María, que merezca ser incorporado a su Cuerpo místico y contado entre sus miembros. Padre lleno de amor, concédeme que este Hijo muy amado que me preparo a recibir ahora bajo el velo que conviene a mi estado de viajero, pueda un día contemplar a cara descubierta y por la eternidad, a él que, siendo Dios, vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.




(Corpus Christi)
Domingo, 23 de Junio del 2019

3 comentarios:

Marian dijo...

No hay nada hermana como la Adoración al Santísimo
Sacramento. Ahí, con El, en este silencio Divino, se
produce el milagro de los milagros, la unión
con El, nuestra Transformación e El...

¡Bendito y Alabado sea Jesús en el Santísimo
sacramento del altar.! Gracias.!!

Santo día. Un fuerte abrazo.

dijo...

Amén. Abrazos fraternos.

María C. dijo...

Sí, Marian. Por la adoración y cuando le comemos lo más dignos posibles. Digo, porque nunca lo seremos en su totalidad hasta fundirnos completamente un día en su amor. Es la meta. Asemejarnos más a Él, y dejar que nos transforme en otras ofrendas, otras hostias vivas.

Muchas gracias, hermana. Dios te bendiga.




Estimado, hermano. Un placer tenerte por acá. Un gusto sincero y de corazón me da tu visita.

Santo día y santa semana también para ti. Lo mismo el abrazo fraterno.