Todos pecamos, cada dia, pero las misericordias de Dios se reunuevan cada mañana, lo importante es reconocer e ir a su presencia. El Espíritu Santo nos da convicción de pecado y nos muestra la voluntad del Padre para nuestra vida. Bendiciones y cariños.
Cuando notamos nuestra suciedad es señal de que estamos despiertos y vemos la fealdad del pecado;si somos humildes acudimos a la confesión con las debidas disposiciones y el Señor nos perdona y limpia nuestra alma. Somos pecadores necesitados de conversión y el sacramento de la reconciliación nos ayuda a sentir el amor de Dios y hace que cada vez sea más débil la fuerza del pecado en nuestra vida y más fuerte nuestro amor a Dios. Gracias hermana por sus palabras Un abrazo
Si, hermana, cuando la luz de Dios nos ilumina, vemos nuestra suciedad, nuestros pecados, cuanto más cerca de Dios estemos, mas veremos nuestra suciedad, nuestra miseria. Pero es bueno verlos, para ser humildes. Tampoco tenemos que desesperar, está el Sacramento de la reconciliación, el propósito de la enmienda.
Caminar en las virtudes, en la oración, en el olvido de si, para irnos asemejando nos a El, transformarnos en El...
4 comentarios:
Todos pecamos, cada dia, pero las misericordias de Dios se reunuevan cada mañana, lo importante es reconocer e ir a su presencia. El Espíritu Santo nos da convicción de pecado y nos muestra la voluntad del Padre para nuestra vida. Bendiciones y cariños.
Cuando notamos nuestra suciedad es señal de que estamos despiertos y vemos la fealdad del pecado;si somos humildes acudimos a la confesión con las debidas disposiciones y el Señor nos perdona y limpia nuestra alma. Somos pecadores necesitados de conversión y el sacramento de la reconciliación nos ayuda a sentir el amor de Dios y hace que cada vez sea más débil la fuerza del pecado en nuestra vida y más fuerte nuestro amor a Dios.
Gracias hermana por sus palabras
Un abrazo
Si, hermana, cuando la luz de Dios nos ilumina, vemos nuestra suciedad,
nuestros pecados, cuanto más cerca de Dios estemos, mas veremos nuestra suciedad, nuestra miseria.
Pero es bueno verlos, para ser humildes. Tampoco tenemos que desesperar,
está el Sacramento de la reconciliación, el propósito de la enmienda.
Caminar en las virtudes, en la oración, en el olvido de si, para irnos asemejando nos a El, transformarnos en El...
¡Gracias hermana!Profundo como siempre...
Un fuerte abrazo. Dios te bendiga.
Bienaventurada, Carmen, Marian:
Mil gracias por su meditación, que es para mi algo así
como gotitas de agua rociando mi alma, dándome nuevas luces.
¡Qué maravilloso saber que Dios está cerca! Que somos más
que miseria y pecado; que somos a su imagen y semejanza.
Un fuerte abrazo a las tres.
Publicar un comentario