Tu Ascensión, Señor, me hace volar como el águila

¡Oh, Jesús! ¡Qué alegría es vivir en plenitud tu Ascensión! Es como una alegría refrescante, una alegría como la de un niño a quien no le falta nada. Te vas a prepararme un lugar, pero no me dejas sola, porque para los que que vivimos en oración y en la vida del Espíritu, experimentamos aún más vivamente tu presencia y tu acción en nuestras vidas. Que dulce saber, que mi corazón se encuentra unido al tuyo con garantía de saborear desde ahora el cielo.

¡Qué seguridad para los que tenemos fe, para todos los que somos creyentes! Ascendiendo al Padre estás más cerca de mi, renuevas mi confianza y me das nuevas fuerzas, haciéndome volar como el águila. (Isaías 40:31)

«Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplen mi gloria» (Juan 17:24) ¡Señor, qué poder en esta oración y cuanta ternura encierra tu promesa!





Solemnidad de la Ascensión del Señor
Domingo 13 de Mayo del 2018

¡Oh, mi Jesús, eres Todo mío!

"Hoy ya no estoy más en mí. Estoy con mi Dios, todo por Él, y Él todo en mí y para mí, Jesús está conmigo, Él es todo mío. Está solo, solo, y yo estoy solo para bendecirle, para honrarle. Él habita en la miserable celda de mi corazón y Su Majestuosidad desaparece. Estamos solos, solos, y mi corazón late continuamente con el corazón de Jesús. ¡Jesús por siempre! El corazón de Jesús y mi corazón son uno solo. No pasa un momento sin que yo sienta que su querida presencia siempre se manifiesta de la manera más amorosa. Y en otra ocasión: "¡Oh, qué preciosos momentos son estos! Es una delicia que solo se puede comparar con la bienaventuranza celestial de los Ángeles y los Santos. Sí, estoy feliz, porque siento mi corazón latir con el de ellos. Estoy feliz porque te poseo, oh Jesús. ¡Oh Jesús, con qué alegría me llena saber que te poseo! Pero, Dios mío, si así tratas con nosotros en la tierra, ¿cómo será en el cielo?"





~Santa Gemma Galgani
Mayo 09 del 2018


Tú me has Amado Primero

Hasta que miremos a una persona y veamos la belleza que hay en ella, no podemos contribuir nada a él o ella. Uno no ayuda a una persona discerniendo qué está mal, qué es feo, qué está distorsionado. Cristo miró a todos los que se encontró, a la prostituta, al ladrón, y vio la belleza escondida allí. Tal vez estaba distorsionada, tal vez dañada, pero no dejaba de ser belleza, y lo que hizo fue llamar a esta belleza.

«Amaos los unos a los otros como yo os he amado» El punto de partida no es el mandamiento («Amaos los unos a los otros») sino el don («como yo os he amado»). Porque él nos ha amado primero, nos ha enseñado qué es el amor y nos ha capacitado para amar como él nos ha amado.




(Juan 13,34; 15,12)
Domingo 06 de Mayo del 2018

El Rostro Eucarístico de Cristo

La oración de reparación mora más bien en presencia del Santísimo Sacramento. La luz que brilla desde la "Cara Eucarística de Cristo" nos sana a nosotros pecadores, y sana a aquellos contra quienes hemos pecado. El amor que traemos al rostro eucarístico de Cristo llega a todos los rostros humanos. La oración de reparación es el Rostro de Cristo, recogido por el velo de La Verónica en Su Pasión; es la mano que busca limpiar toda mancha desfigurada de suciedad, sangre y lágrimas.





~Dom Mark Kirby
Inagen del Santo Velo Manoppello Italia
Jueves 03 de Mayo del 2018

Desde Mi Presencia

"La evangelización a la que te estoy llamado a vivir no es de palabra, sino por la presencia del Santísimo Sacramento, la ofrenda del sacrificio de la Misa. Es a través de la oración, la penitencia y la práctica de las virtudes del Evangelio...”




~Charles de Foucauld~
Lunes 30 de Abril, del 2018

Contemplo Tu Morada

DESDE este valle de lágrimas, fija continuamente tu mirada hacia Dios, esperando siempre el momento en que te unirás a Él en el cielo. A menudo contempla el cielo y exclama fervientemente: ¡Qué hermosa morada hay arriba! ¡Está destinada para nosotros! Suspira ansiosamente después de su poderío. A veces di, mientras tus ojos están húmedos de lágrimas: nada en este mundo me agrada; ya no me importa nada más que mi Dios. Sí, espero, sí, deseo poseerlo, y espero por la misericordia de Dios, a través de los méritos de la Pasión de mi Salvador y los dolores de mi buena Madre, la Virgen María.




~San Pablo de la Cruz~
Viernes 27 de Abril, del 2018