No busques a Dios ni en un lugar ni en el espacio. Cierra los ojos del cuerpo, abre los ojos del alma, ata tu Imaginación y baja dentro de ti mismo: estas en el Tres veces Santo de los Santos, en donde habita la Santísima Trinidad.
¡Oh almas criadas para estas grandezas y para ellas llamadas!, ¿qué hacéis?, ¿en qué os entretenéis? Vuestras pretensiones son bajezas y vuestras posesiones miserias. ¡Oh miserable ceguera de los ojos de vuestra alma, pues para tanta luz estáis ciegos, y para tan grandes voces sordos, no viendo que, en tanto que buscáis grandezas y gloria, os quedáis miserables y bajos, de tantos bienes, hechos ignorantes e indignos.! (San Juan de la Cruz)
¡Oh almas criadas para estas grandezas y para ellas llamadas!, ¿qué hacéis?, ¿en qué os entretenéis? Vuestras pretensiones son bajezas y vuestras posesiones miserias. ¡Oh miserable ceguera de los ojos de vuestra alma, pues para tanta luz estáis ciegos, y para tan grandes voces sordos, no viendo que, en tanto que buscáis grandezas y gloria, os quedáis miserables y bajos, de tantos bienes, hechos ignorantes e indignos.! (San Juan de la Cruz)
En el instante de tu Bautismo has quedado hecho templo de Dios: «Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo». En el acto, «el amor de Dios fue derramado en tu corazón por el Espíritu Santo que te fue dado» (Rom 5, 5), y se realizó la promesa de Jesús: «Si alguno me ama, esto es, si tiene la caridad, si se halla en estado de gracia, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos Morada en él.» (Juan 14,23)
Solemnidad de la Santísima Trinidad.
Domingo, 16 de Junio del 2019